Los dientes de leche suelen comenzar a erupcionar a los cuatro meses, aunque se puede dar la situación de llegar al año y aún no haber aparecido ninguno. En cualquier caso, no deberías preocuparte ya que este retraso es completamente normal, sin embargo, desde aquí te recomendamos llevar a tu bebé a un especialista en el caso de que aún no posea ningún diente de leche a partir de los 14 o 16 meses, para comprobar que todo está correcto y no existe ningún problema que esté impidiendo o retrasando la formación y erupción de estas piezas dentales.

Como todos sabemos los dientes de leche son piezas dentales pasajeras que, sin embargo, resultan fundamentales para la formación de la dentadura fija de adulto.

Sin embargo, se puede dar a situación -que de hecho se da- de que algunos bebés nazcan con alguna pieza dental de leche, tras producirse su erupción en el útero de la madre. Esto se ha estudiado en numerosas ocasiones buscando relacionarlo con factores hereditarios, nacimientos prematuros e incluso enfermedades sistemáticas, sin embargo, no se ha llegado a ninguna conclusión clara. Lo que nosotros te recomendamos es que no te preocupes si tu bebé nace con alguna pieza dental, es algo normal que por más que se ha estudiado no se ha conseguido relacionar con ningún tipo de problema motivo de preocupación. De todas maneras, lo correcto si te encuentras en esta situación, es llevar a tu bebé a un dentista especialista para que realice una revisión exhaustiva y descarte posibles problemas.

Por otro lado, los padres deben conocer algunos riesgos de la erupción prematura de los dientes de leche, que citamos a continuación: úlceras en el pezón de la madre, riesgo de broncoaspiración, úlceras en la lengua del bebé y desnutrición por rechazo a la lactancia.

Por último, os recomendamos a todos los papás y mamás asear los dientes natales con una gasa humedecida en agua o un dedal de silicona para no dañar las encías de vuestro bebé. Además de observar y vigilar la lengua para evitar que los dientes le causen una lesión.