El hilo dental es una herramienta clave a la hora de llevar a cabo una buena higiene dental. Es un complemento del cepillado que puede beneficiar muchísimo la salud de nuestras encías manteniéndolas alejadas del sarro. Pero, ¿por qué nos cuesta tanto utilizarlo?
Muchas veces un uso incorrecto hace que sea aparatoso y puede provocarnos dolor de encías e incluso heridas. Hoy os explicamos cómo hay que utilizarlo para evitar hacernos daño y sacarle máximo partido a esta poderosa herramienta.
Cómo debemos utilizar el hilo dental:
En primer lugar, escoge el hilo que se adapte a tus necesidades. Te sorprendería la cantidad de tipos que existen. Cuando lo vayas a usar, deberás cortar unos 45 cm y enrollar los extremos varias veces alrededor de tus dedos índice. Sostén también con los pulgares. En total usarás unos 8-10 cm dentro de tu boca y es importante que esa parte esté bien tirante.
Así, al pasar por entre los dientes, eliminarás la placa. El movimiento ideal es como de“sierra”, hacia atrás y adelante, varias veces y llegando hasta la encía, siendo este movimiento del hilo en forma de “C” hacia el diente.
Recuerda que es muy importante que realices este proceso de una manera suave, para evitar hacerte daño en las encías o sangrar. Cuando termines, enjuágate la boca con agua templada o enjuague bucal.
Usar el hilo dental antes o después de cepillarte los dientes es completamente indiferente.